viernes, 3 de abril de 2009

No te enamoraste de mi, sino de la imagen que te vendi

Es verdad que soy aprendiz de creativa publicitaria, pero principalmente soy mujer, asi que una aprende a vender los productos que tiene. Antes de salir con el galan de turno todas nos preparamos unas 2 horas antes minimo, para asi resaltar nuestro material con un kilo de maquillaje un buen push up y un laceado genial que nos toma una hora, pero si que vale la pena. Asi que salimos irreales, pero lindas y hechas unas mamis. Cuando estamos con el prospecto nos portamos como unas ladies, jugamos el perfecto juego de la seduccion y nos hacemos las recatadas aunque algunas sean o seamos realmente unos rucones. Si nos quieres dar el beso volteamos la cara con gracia, aunque nos muramos por dar a estocada final. Como toda buena publicidad hacemos que el cliente desee el producto, que lo quiera comprar ya y todo con tacticas irreales basadas en la realidad. Somos marketeras d e nuestros cuerpos, nuestro escote y nuestra sonrisa, engatuzamos hasta al mas astuto y todo con el afan d e vender mas y mejor. Asi que si quedas prendado de alguna mujer preguntate si realmente babeas por ella o por la imagen que te vendio y si finalmente deciddes estar con ella tienes que estar preparado a que despues de un par de meses se muestre comor ealmente es.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ja q buena! mmm tmb estudio publi y enamorar a una persona o a un publico no hay mucha difernecia...

Alejandro dijo...

Nosotros asumimos también nuestro rol. Estrenamos la sonrisa del millón, no hablamos del escote de las caderas o de lo que se nos ocurrió al verla. O si lo hacemos, hablamos como en broma, como si realmente en ese momento ella no fuera ante todo un escote y unas caderas. Intentamos parecer ingeniosos, divertidos, inteligentes, interesantes…y eso es difícil porque hay que aderezarlo con unas cuantas obviedades que se espera que digamos. Mandamos porque se nos deja el mando, a ver qué sabemos hacer con él. Elegimos el sitio, conducimos, invitamos, llevamos la iniciativa de la conversación, nos acercamos primero nosotros, lo intentamos primero nosotros… Nos quitamos la careta primero nosotros, y si ella aún no se la quita y aparta la boca sonriendo y haciéndose la sorprendida… tenemos que hacer como que creemos que ella es así, inocente, pura… Pero nosotros sabemos que todo eso sólo sirve para romper la barrera, y que detrás de la barrera no se sabe lo que hay. Que ella es una incógnita igual que él.

Ese ritual de apareamiento nunca me gustó. Cuando lo intenté lo hice mal. No se perdona en el ritual que te salgas de tu rol, ser sincero es una agresión al papel aprendido dos horas antes por ella. Dejar la conversación “divertida” y convertirse en la persona sin disfraz sorprende y salen huyendo. Si yo no hago lo que se espera de mi, ella debe hacer lo mismo, y no siempre están dispuestas… Ese ritual de apareamiento tan hipócrita me dejó sólo muchas noches a la hora del reparto. Y me alegro.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Me encantó tu blog, sobretodo la visión que manejas del sentimiento... me siento totalmente identificada en varias de las cosas que escribes y que cuentas....