Definitivamente en mi muy complejo e indiscriptible ser cohabitan una infinidad increible de psicopatologías, problemas existenciales, traumas y fobias terribles. Cada vez que detecto en mi una nueva enfermedad mental la clasifico, le pongo nombre y la archivo en mi album cerebral de fallos de fábrica. Esta semana descubrí una antigua dolencia, que padezco hace años, pero que increiblemente todavía no había detectado. Ya sabía que le tenía pánico a las relaciones sentimentales, pero no había descubierto que mi cerebro había creado un método infalible, terrible e inconciente para evitarlas. El sistema de expulsión del individuo de mi sistema y de mi vida es simple y suena a maldición de madrastra de cuentos de hadas. Primero conozco a mr. x, luego estoy en babas locas por el masculino ser, mato por el, me corto als venas por él y sería capaz de venderle mi primogenito al diablo contal de que el susodicho me de bola. Luego por fin el blanco de mi afecto, mis masturbaciones y mis delirios romanticones osa fijarse en mi. Yo no entro en mí de la felicidad, le hago ofrendas de agradecimiento a afrodita, cupido y susy diaz, no duermo y escucho canciones romanticonas a full. En decir que en conclusión me convierto en un super cursi y monstruoso anuncio sanvalentinesco de 2x1 en todas las rosas de plástico. Pero luego el terminator mode se pone en marcha y se desata en el primer momento cumbre de toda relación: el beso. La cosa puede tomar dos rumbos o me asque d muerte en el momento de chaparme, agarrarme y/o pachamanquearme al individuo o si ya la cosa es más fuerte (y mas dificil para mi organismo eliminar la situación) me da máximo una semana para no desearle la muerte al pobre hombre. Luego de que el mecanismo de exterminación se ha llevado a cabo soy incapaz de ver, contestar llamadas agarrar, coger la mano, etc, etc, etc del pobre desdichado que penso que estar conmigo era una cosa fácil. Y ahora va la pregunta del millón: ¿Será que estoy condenada a morir sola?
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