Lo acepto; soy masoquista. Descubrí hace poco que me gusta ser maltratada psicológicamente. Todavía no entiendo porqué, si yo siempre me jacte de ser feminista, luchando toda la vida por los derechos constitutivos de las mujeres y siempre defendiendo el Girl power. Yo, que me creía casi Juana de Arco, hoy descubro que sí me parezco a ella por que las dos tenemos problemas psicológicos graves. La mayoría de mujeres viven quejándose de los hombres, de sus infidelidades, sus excesos, sus traiciones, en fin vivimos diciendo que son unos bichos asquerosos, pero mi problema últimamente era otro. Siempre decía ay lo que pasa es que tengo mala suerte, ahora me doy cuenta que no era mala suerte, era que yo los buscaba así. Después de una fila de hombres tipo malo de novela mexicana, por fin me toco un atípico buen pata. Un chico responsable, honesto, que me quería, me valoraba y demás adjetivos tradicionalistas que definen lo que es un buen novio. Pero ahí no acaba la historia, si no seria muy simple, y conmigo las cosas nunca son simples (mejor, obvio). Me harte al mes del señor bondad (en verdad me canse a la semana, pero le corte la cabeza al mes y medio) y termine con sus expectativas amorosas después de un mes de fingir que lo quería con pasión y locura o que por lo menos lo soportaba. Y no, no fue para vengarme de la raza masculina. Fue por que me estresaba, me obligaba a verlo, a contestarle el teléfono (después de 9 llamadas), a llamarlo a ver si todavía estaba vivo. Y hoy pido a gritos un desgraciado como los de antes, y es que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Talvez los elijo así por son los que mas cosas te hacen sentir, me encantan los extremos, me encanta estar afanadísima por alguien, y aceptémoslo cuando te dan todo en bandeja te aburres y te cansas de tanta abundancia o talvez simplemente es que este chico en particular no era para mí. Pero aunque sea solo este chico y no todos los buenos en general quedé curada por un buen tiempo de ellos. Simplemente quiero emoción en mi vida, tengo 19 años y no busco un hombre para casarme. Así que todavía puedo seguir degustando de los hombres malos, porque me gustan y porque me da la gana. Lo que puedo hacer es simplemente no comportarme como la típica cojuda que los pendejos cagan, voy a ser una chica mala.